sábado

Need for Speed Hot Pursuit (PS3)



Trailer: http://hotpursuit.needforspeed.com/es/game-info

Criterion Games acertó de pleno con su saga Burnout, que fue progresando notablemente a lo largo de sus entregas, quizá demasiado juntas en el tiempo, pero mostrando claramente que el estudio tiene un toque especial para los juegos de velocidad divertidos, directos y con clara vocación arcade. No es de extrañar, por tanto, que bajo el auspicio de Electronic Arts tarde o temprano cogieran las riendas de una de las vacas sagradas de la compañía, y así es como llega hasta nosotros Need for Speed: Hot Pursuit, que puede ser un nuevo comienzo para la veterana saga (y subsaga, de hecho) de policías y conductores sin un claro conocimiento de la función del freno.



Lo cierto es que el listón marcado en la velocidad con Burnout: Paradise, de Criterion Games, es muy alto, y en muchos sentidos este juego no viene a coger el testigo, sino a ofrecer otra propuesta en el campo de la velocidad, y lo hace con un acierto que esta saga llevaba mucho tiempo sin conocer. Y es que Need for Speed no ha tenido, tampoco, entregas mediocres, pero sí que alcanzó un hito de calidad que luego se desinfló y acabó perdiendo fuerza e impacto entre el público.



Sin embargo, la impronta del estudio es clara y patente en todo momento: el estilo visual, el diseño de los coches, incluso la sensación al volante -virtual- de estos vehículos deportivos de máximo lujo nos deja intuir la mano de Criterion, así que quienes hayan disfrutado con sus anteriores títulos no van a sentirse en absoluto defraudados. Quizás no es un Need for Speed tan clásico como algunos hubiesen deseado, pero desde luego hace honor al subtítulo Hot Pursuit, con mucha velocidad y más adrenalina por las venas.



Se ambienta en un lugar diseñado específicamente para la ocasión, Seacrest County, un mundo abierto con más de 160 kilómetros de carreteras por recorrer, y todas ellas preparadas para ir a toda pastilla. Esto, para los aficionados a las comparaciones, implica que es cuatro veces más grande que la Paradise City del último Burnout. La localización es ficticia, sí, pero se corresponde con relativa facilidad con el imaginario colectivo de una California lujosa, con grandes autopistas, y sin que la realidad entorpezca nada. Habrá, claro, quien hubiese preferido una localización real, pero lo cierto es que aunque es bonito reconocer lugares y localizaciones, si lo que queremos es velocidad pura en entornos más o menos urbanos, lo realista y verosímil debe imponerse sobre la realidad.

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